El fútbol no solo se juega en los estadios. También se vive en los barrios, se siente en las comunas y se
convierte en herramienta de transformación cuando se combina con valores, oportunidades y compromiso social.
Este sábado, en la cancha Luis Fernando Montoya, el Once Caldas S.A. y su Fundación vivieron una mañana llena de emoción, comunidad y propósito. Con la presencia de medios de comunicación, organizaciones aliadas y niños y niñas, se llevó a cabo el lanzamiento oficial de las Escuelas de Fútbol por la Paz, una apuesta que busca transformar desde el deporte.
El proyecto inició en las comunas Universitaria, Fuente y Cerro de Oro de Manizales, y también llegará a la
Ciudadela Los Zagales, la Fundación Arme (Chinchiná), la Fundación Niños de los Andes y la Fundación
Semillas de Amor. Su objetivo: formar a niños y jóvenes de sectores vulnerables en lo deportivo, psicológico y humano, promoviendo valores como la convivencia, el respeto y el trabajo en equipo.
“Esta es una apuesta decidida por la paz, no solo como ausencia de conflicto, sino como construcción de
tejido social. Desde el Once Caldas entendemos que el fútbol tiene una responsabilidad que va más allá del
marcador”, afirmó Felipe Trujillo Hormaza, gerente general del club.
Durante el evento, se vivieron momentos de alegría, presentaciones deportivas y palabras de motivación que reflejaron el espíritu del proyecto: formar no solo jugadores, sino ciudadanos. Todos los participantes, entre los 10 y 17 años, hacen parte de estratos 1, 2 y 3, y deben cumplir una condición fundamental: estar
escolarizados.
Las Escuelas de Fútbol por la Paz marcan el inicio de una nueva etapa para la Fundación Once Caldas, que
reafirma su compromiso con el desarrollo social de la región y con el poder del fútbol como herramienta de transformación.
Un proyecto que arranca desde la cancha, pero que ya empezó a marcar goles que valen por toda una vida.
